Dócima LXXXIX

RESPECT!

La verdad, yo no me explico
como ese loco de Nietzsche
en su rencoroso afiche
le pudo llamar borrico
al alemán, pobre o rico,
sin respeto a ese animal,
que de todo bien y mal
más allá, en su mansedumbre,
del saber toda la cumbre
nos comparte por igual...

¡Y entró el sabio de Belén
con él en Jerusalén!

Jesús María Bustelo Acevedo

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