DÓCIMA DEL AUTOCOÑOCIMIENTO
Un virus salió del coño
y en persona se mutó
y ahora lo padezco yo
¡porque me tiene hasta el moño!...
Pues, lo cierto, es que el bisoño
feminismo, y soy testigo,
va desvelando del jigo
las verdades y el portento
y con su coñocimiento
¡sólo me importa mi ombligo!
¡Y los pelillos del papo
ya los luzco en el sobaco!
Jesús María Bustelo Acevedo
Dócima LXXXIX
RESPECT!
La verdad, yo no me explico
como ese loco de Nietzsche
en su rencoroso afiche
le pudo llamar borrico
al alemán, pobre o rico,
sin respeto a ese animal,
que de todo bien y mal
más allá, en su mansedumbre,
del saber toda la cumbre
nos comparte por igual...
La verdad, yo no me explico
como ese loco de Nietzsche
en su rencoroso afiche
le pudo llamar borrico
al alemán, pobre o rico,
sin respeto a ese animal,
que de todo bien y mal
más allá, en su mansedumbre,
del saber toda la cumbre
nos comparte por igual...
¡Y entró el sabio de Belén
con él en Jerusalén!
Jesús María Bustelo Acevedo
Jesús María Bustelo Acevedo
Dócima LXXXVIII
SI CAROLINA RIERA...
Si Carolina Riera
como el Sol de cada día,
en el corazón habría
una inmortal Primavera...
La risa es la compañera
del amor y la amistad,
no hay belleza y libertad
sin la carcajada hermosa,
transparente y contagiosa
del que ofrenda la bondad
de su risa verdadera...
¡Si Carolina Riera...!
Jesús María Bustelo Acevedo
Si Carolina Riera
como el Sol de cada día,
en el corazón habría
una inmortal Primavera...
La risa es la compañera
del amor y la amistad,
no hay belleza y libertad
sin la carcajada hermosa,
transparente y contagiosa
del que ofrenda la bondad
de su risa verdadera...
¡Si Carolina Riera...!
Jesús María Bustelo Acevedo
Dócima LXXXVII
EL VIRUS DE LA CORONA
El virus de la corona
no respeta ni las leyes:
llevando nombre de reyes,
los imperios desmorona,
y se contagia, y se clona,
se expande y nos desespera,
y la verdad verdadera
que queda tras el dolor
es que, al igual que el amor,
no cede ante la frontera...
¡Mas, siendo un virus inmundo,
su reino sí es de este mundo!
Jesús María Bustelo Acevedo
El virus de la corona
no respeta ni las leyes:
llevando nombre de reyes,
los imperios desmorona,
y se contagia, y se clona,
se expande y nos desespera,
y la verdad verdadera
que queda tras el dolor
es que, al igual que el amor,
no cede ante la frontera...
¡Mas, siendo un virus inmundo,
su reino sí es de este mundo!
Jesús María Bustelo Acevedo
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