DÓCIMA DEL PROCRASTINAJE (¡QUÉ AJE!)
No quiero procrastinar,
pues si siempre procrastino
procrastinando no atino
y procrastino atinar;
así que voy a empezar
con involucrarme, árme-
se lo que, Armando, se arme,
que atino si me involucro
en el logro y en el lucro
sin que el alma se desarme.
¡Que si procaz procrastino,
progre o pobre, desatino!
Jesús María Bustelo Acevedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario