DÓCIMA DE LA PLUMA
A mí me gusta la pluma
de Don Miguel de Cervantes,
que pluma de las de antes
nada resta y todo suma,
pluma que espanta la bruma
del que se aburre o se agobia
porque lo dejó la novia
o no halló la inspiración
y dispara su cañón
preso de la plumofobia.
¡Y el hastío que rezuma
es por faltarle su pluma!
Jesús María Bustelo Aceved