Dócima LXXXIII

DÓCIMA DE LA PLUMA

A mí me gusta la pluma
de Don Miguel de Cervantes,
que pluma de las de antes
nada resta y todo suma,
pluma que espanta la bruma
del que se aburre o se agobia
porque lo dejó la novia
o no halló la inspiración
y dispara su cañón
preso de la plumofobia.

¡Y el hastío que rezuma
es por faltarle su pluma!

Jesús María Bustelo Aceved